¡No te lo puedo explicar porque no vas a entender!
Excepto si sos hincha de la Selección Argentina de fútbol mayor. Y no
estoy diciendo “si sos argentinx” porque esto, como ya sabemos, está sucediendo
en todo el mundo.
Gente que no nació en este país tiene un fervor y una pasión inmensa
por estos tipos, por este fútbol. Gracias a Maradona, a Messi, a Scaloni y
todos los muchachos con los que nos volvimo a ilusionar y gracias a la
hinchada. ¿Sabían que en el mundo hay personas fanáticas de nuestra hinchada?
Por ende, de nosotrxs. De cada unx de lxs que la componemos con esta alegría
tan particular, con aguante, con sufrimiento acumulado, con emociones encontradas…
Hay personas que eligen esta Selección como propia, usan las camisetas,
banderas, aprenden no sólo nuestro idioma sino nuestra jerga, nuestra picardía,
que es de todo aquél que quiera. El Preámbulo dice “para todos los hombres del
mundo que quieran habitar el suelo argentino”, creo que hoy en día es “para
todas las personas del mundo que quieran sentir la cultura argentina”.
No importa si viviste acá o no, si conocés personalmente a algún
habitante del país, lo que importa es sentir como que sí. Y creo que esa es una
de las claves más importantes de todo este fenómeno que sucede, no sólo en
cuanto a los otros países y su gente, sino a la nuestra. Lo que nos sucede a
nosotrxs. A los pibes y al cuerpo técnico. SENTIR.
En todo este tiempo de cambios de paradigmas, de deconstrucción,
llegaron cosas a la Selección mayor de fútbol masculino que no habían sucedido
antes a la vista del público.
En cualquier otro lugar del planeta creo que no sería tan significativo
que estos cambios sucedan ahí, pero acá sí. Si algo ha sido representativo
masivamente ha sido el fútbol masculino.
Tanto así que hoy digo fútbol masculino para aclarar pues existe y va
en alza el fútbol femenino. Las relatoras, comentaristas y árbitras que en este
Mundial también han sido parte fundamental de un gran quiebre. Por primera vez,
en uno, sino el país más futbolero (y machista) ha habido partidos relatados
enteramente por mujeres, han estado entrevistando jugadores en la previa y en
el post con un nivel de profesionalismo y sentimiento increíble, han dicho lo
que había que decir, eso que ellas sentían adentro, sin dudar, sin temor a
equivocarse. O si, pero lo hicieron igual. Y lo más interesante, las hemos
bancado y agradecido.
Siempre hay algún que otro mala leche que dice les dice pavadas, pero
se ha cuestionado al mismísimo Messi así que qué queda para el resto? Por
suerte son pocos los que tienen tan pocas ganas en su vida de ser felices. De
quedarse tan en su negativa, en su testarudez, en su terquedad individual que
no pueden comprender ni son capaces de sentir o siquiera percibir este nivel de
emoción colectiva. El que se sienta arriba de su pedestal de “yo sé más de
fútbol que vos” o de “qué pavada es el fútbol, ni me interesa” a denigrar al
otro por una de sus pasiones, cualquiera sea. Porque trasladan eso a todo. Y
hablo en masculino porque todo tiene que ver con todo, ese sesgo machista sigue
existiendo y seguirá, pero por suerte van siendo menos.
Pero vamos a seguir centrándonos en lo que el futbol nos significa.
Porque si algo se dice en este país es que el deporte “enseña valores”, y EL
deporte principal y más masivo es el de los 22 atrás de la pelotita.
Generaciones eternas se han cuestionado que tanto o no sentían ese deporte, qué
tanto o no les generaba, si lo miraban, si lo practicaban, si era un hobbie o
una vocación, etc, etc, etc. Era parte indiscutida de la ecuación en alguna
parte de la vida pues, culturalmente, debía serlo.
Para nosotras no fue así. Es más, que lo sea por elección era ya de por
sí sorpresivo, transgresor, rotulante de personalidad. La machona, la rara, la
rebelde, la villera, la boca sucia, la borracha y drogadicta, la bardera.
Porque ese era el concepto de barrabrava masculino. Porque la mujer no podía
ser hincha. O barra o ignorante. Nunca hincha con pasión por la pelotita. Ni
hablar de la comunidad LGBTQI+, principales mencionadxs de los cánticos
denigrantes hacia el rival deportivo y hacia todo aquél hombre que no haga o
sea lo que debería. Por suerte hoy son millones lxs que participan de una u
otra manera, de a poco como iguales. Aún no del todo, pero confío que en camino
a eso.
Mucho se ha dicho también que es el mundial de lxs chicxs. De las
infancias que desde que existen Messi ya es MESSI y lo han visto jugar afuera a
un nivel descomunal. Que lo tomaron como ídolo no por su grandeza en la cancha
sino por su humildad, bondad, su personalidad de líder positivo, tranquilo,
familiar. Peques que en todo son vistos como aún no entendedores de nada pero
que sin embargo todo lo ven, todo lo perciben, todo lo absorben. Esta pequeña
generación tiene un ídolo máximo que con 35 años, teniéndolo casi todo, sigue
en búsqueda acérrima de su sueño más grande de pibe. Son testigos desde que
nacieron de un tipo altamente significativo que sigue soñando e intentando a
pesar de los fracasos consecutivos, de la crítica, de la frustración. Son
testigos de verlo evolucionar en ser mejor jugador, deportista de alta
competencia y mejor persona.
También es el mundial de lxs abuelxs. Espontáneamente se hizo viral una
“abuela” que sale a festejar los partidos y cada vez hay más hinchas
desaforados arengándola con su propio cántico de cancha, celebrando que esté,
que sea parte, aunque socialmente se piense que su edad no condice con si
quiera movilizarse. Una abuela y una manga de locxs desaforadxs llenxs de
pasión albiceleste fueron quienes comenzaron algo que rápidamente empezó a
replicarse. De repente no solo esa mujer mayor era mundialmente conocida, sino
que hasta se organizaron personas para ir a geriátricos a festejar con “abuelos
y abuelas” que pasaban sus días en soledad. Reconociéndolxs como parte de lo que
está sucediendo. Reconociéndolos como seres con vida y emociones.
En otros países han cuestionado que no haya personas de color jugando
en nuestro equipo. Vale mencionar que estos países son los colonizadores,
imperialistas, poderosos y opresores de todos los tiempos. Vale recordar
también que son quienes separan literalmente blanco y negro por lo que no
pueden ver el nivel de matices del medio que existen y son. Para ellxs no
existe el marrón. Para ellxs no existe el mestizo, el descendiente, el
multicultural, el que no es “puramente blanco” ni “puramente negro”. Nada más
que agregar, señor juez.
Este mundial también ha sido cuestionado fuertemente por el lugar en el
que se realiza. Qatar, tierra donde el fútbol no significa ni genera nada, con
hombres asquerosamente adinerados, carente de derechos humanos en especial
hacia las mujeres y diversidades, pero en general hacia las libertades de las
personas. Algunos dirán que es cultura, yo no estoy del todo de acuerdo en
continuar llamando así a este tipo de represiones. Como también sucedió con el
cuestionamiento a la realización de la Copa América en plena época pandémica.
Contra todo pronóstico histórico y social, la ganamos. Como en el ´78
#ElijoCreer
El mundial de las cábalas inquebrantables post segundo partido en fase
de grupos y de coincidencias constantes con sucesos de Argentina ´78 y México
´86. Después de un primer partido de cachetazo nos pidieron confiar, y así lo
hicimos. Tanto tanto que pasaron cosas…
Yo, de todas las personas, no puedo olvidar mencionarlas a ellas. Las
que vía Twitter Argentina han movilizado más de lo que imaginaron. Es también el
mundial de las brujas. Otro sector de la sociedad vapuleado, menospreciado,
tomado a chiste que en estos momentos es visto y agradecido. Mostrando el poder
de la unidad y de los buenos deseos, aunque todo haya comenzado frizando gente,
cosa que esta cuenta no banca, pero comprendo que todo salió de la mejor
intención positiva y no desde el verdadero mal hacia el otro. Estos días
previos a la final se ha recalcado que no hay que ir contra el enemigo sino a
favor de lxs nuestrxs. Esperanza, luz, alegría, positividad, festejos,
agradecimiento sin importar el resultado.
En cuanto a nosotrxs, lxs del medio, esa generación del casi, regidxs
por la frustración, la ansiedad, el mandato y la apertura mental, el querer ser
y el deber ser. Quienes soñamos esto y lo tuvimos cerca, pero en toda nuestra
vida no se dio. Aun mereciéndolo, aun dándolo todo y más, aun cuando era lo
justo no se dio. Puede sonar mega exagerado, lo sé, pero en una nación donde
este deporte es tan importante es básicamente lo que nos forma como personas. Sus
virtudes y sus defectos inconscientemente nos criaron y nos definen como a cada
unx de nuestrxs antepasadxs. Nos contaron la historia, la gloria, el supuesto
éxito, pero no lo vivimos. Lo deseamos, lo trabajamos, pero no se nos da.
Siempre 5 para el peso, y el peso de creer que nunca se nos va a dar, que al
final y en realidad no nos lo merecíamos tanto si no sucedió, que aspiramos a
demasiado y mejor volver a bajar. Como antes, como siempre. Hoy somos lxs
esperanzadxs, lxs revalorizadxs como individuos, lxs que vimos que es también
nuestra mente bifurcada entre el ayer y el mañana la que nos traba. Lxs que
tomamos las desgracias y la hacemos comedia en memes. Lxs que estamos rompiendo
la pared junto a Di María a nuestros treintas.
Y me falta hablar de ellos. Los que literalmente le ponen el cuerpo a
esta manía. Los que están laburando, pero en realidad esta vez, estos años, no
ha sido igual.
Un cuerpo técnico de ex jugadores de Selección. Amados, respetados, con
personalidades fuertes, y, en el comienzo, con dudas. Pues jóvenes inexpertos. Combo
letal para hacer desastre. Ni siquiera ellos, hombres que respiraron fútbol
desde que se acuerdan, tampoco eran reconocidos como capaces de conseguir la
gloria. La que les fue negada tantos años. ¿Cómo estos van a poder lo que
gordos poderosos de saco y corbata y leyendas del deporte no han podido?
La respuesta: Pateando el tablero. Haciendo. Jugándosela por la mezcla
de intuición y experiencia. De huevos y conocimiento. Comprendiendo que esto es
un deporte de equipo y desde esa base se toman las elecciones en pos del bien
común. Con emoción, sensibilidad y entendimiento, empatía y sabiduría.
Y los jugadores, bueno. Lo que sea que escriba va a quedar chico,
corto, falto de detalles. Pero básicamente son un grupo de amigos de diferentes
edades jugando dentro y fuera de la cancha, como si nadie los viera, como
jugando por la Coca. Los más grandes, admirados. Los más chicos, extasiados y con
ganas de darles todo y más por su felicidad.
Que quieren ganar más por Messi que por ellos mismos es algo que han
dicho en todo momento. Está clarísimo y se nota. Por lo que ya mencioné antes
sobre las infancias con la nueva generación de jugadores, pero también lo que
les sucede a los contemporáneos. Lo que han visto estando a la par, jugando
junto a él, sufriendo junto a él, frustrándose de la misma manera. Siendo
inspirados por Lio pero también siendo sus inspiradores cuando la cosa se puso
fea. Los que por edad, energía y carácter se quedaron para que él vuelva
también lo han hecho más por él que por ellos mismos. El nivel de
reconocimiento hacia el compañero no es algo que se de todos los días, sobre
todo en un espacio tan competitivo como justamente el deporte de competencia.
Donde la vara está puesta no sólo para medirte con el rival sino con tu
compañero para ver quién queda titular y quién suplente.
Cuando hacés sinceramente por el otro, quienquiera que sea, por amor y
respeto no hay chance de que salga mal. Y Cuanto todos lo hacen no hay chance
de que el esfuerzo descomunal individual no se transforme en una liviandad
divertida grupal, de disfrute, de calma mental.
En exactamente 12 horas se juega la final por la Copa del Mundo en
Qatar 2022 contra Francia, actual campeón.
Lo que sucede en la calle es todo alegría. En el trabajo, en el medio
de transporte que utilices, en la familia, con desconocidos, en las redes. El
mundo se cae a pedazos, el país tiene la inflación más preocupante de la vida y
nosotrxs estamos felices por la pelotita.
Si, las canciones se multiplican en nuestra voz y en nuestra mente de
forma constante. La alegría colectiva es increíble, la mística que se respira
en innegable. Hay una sensación de ganadores hasta si no se da lo que soñamos
tan grande que realmente no se puede creer y a la vez alegra y reconforta que
así se sienta. Que a pesar del resultado se hizo todo, se agradece y se celebra
igual, se despide por la puerta grande a quienes se van y se festeja la juvenil
que tiene aún más recorrido por delante. Ese es el gran quiebre mental
cultural social colectivo que va a sucedernos en cuanto ese árbitro polaco
de por terminado el partido.
Tal vez en ese momento nada de lo que creemos ahora suceda, eso es tema
de los seres del futuro que seremos y veremos que pasa con eso. Hoy nos
sentimos todopoderosos porque nos reconocemos y valoramos entre todxs:
extranjerxs, mujeres, diversidades, las infancias, lxs del medio, lxs mayores,
profesionales del meme, las brujas, lxs de todos colores, cuerpo técnico,
equipo, todxs. Todxs subidísimos a La Scaloneta.
“Mi país, mi país” emocionado hasta las lágrimas, vulnerables, abiertos.
Estamos condenadxs al éxito… Porque la clave es SENTIR.